He pasado de oir objeciones por el precio, en el 100% de las llamadas, a que sólo me pregunten si es con el IVA incluído. Antes los clientes se lo pensaban mucho hasta dar el sí, y ahora me preguntan en la primera llamada si podemos empezar inmediatamente a trabajar.
Y no es por las técnicas de venta o persuasión que he aprendido en Ventaland (que han sido unas cuantas), es por la seguridad que he adquirido a la hora de aplicarlas.
Las conversaciones de venta que había oido en otras formaciones me parecían impostadas, y no estaban alineadas conmigo. Pero oir a Sara en una venta, es como estar entre colegas, todo encaja y fluye. Y vender se hace divertido y sencillo.
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